domingo, 28 de octubre de 2012

Tack

Recuerdo el día que llegó mi segunda maleta. Sé que puede ser una tontería, pero quiero hablar sobre ello.
Serían las cinco de la tare cuando llegué a casa, entré en mi cuarto y vi una caja sobre mi cama, totalmente empaquetada. Recuerdo que en mi mente empezó a formarse la imagen de mi padre en la oficina empaquetándola. Cuando estás fuera de casa esos recuerdos saben a dulce.
La abrí corriendo y encontré mi bolsa roja, que también abrí en menos de cinco segundos. Cuando la tuve abierta me limite a mirarla y me puse a olerla. Recuerdo que Linda me miró raro, supongo que lo entenderá cuando llegue a España. Aquel día yo solo buscaba oler España, oler casa, sentirme más cerca a base del olor de un simple suavizante.
Ahora casa es Suecia. No intento decir que haya olvidado España, ni mucho menos. Simplemente que esto se ha convertido en casa, aunque fuese a corto plazo.
Sé que cuando vaya en el avión de vuelta a España me acordaré de esto. Sé que cuando empieza a deshacer la maleta buscaré el olor del suavizante de Ankie. Sé que los domingos intentaré desayunar tostadas con queso. Sé que cuando note las sábanas de mi cama echaré de menos los nórdicos.
Sé que esto va a ser difícil. 
Pero cuando llegué ya sabía que era para irme.
Vi ses!

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