Hoy fue nuestra pequeña fiesta. Nuestro momento. Nuestra despedida.
Ramona, nuestra profe de inglés, decidió hacer un thanks giving diferente este año, especial para los spanska guys, y fue genial.
Todos contribuimos había muffins, donuts, bizcochos, tiramisú, y todo lo que os podáis imaginar, todo ello sumado a bebida, confeti y como no, música.
No sé ellos, pero yo respiré alegría.
Hubo bailes, discursos, cantos, sonrisas, fotos y abrazos, miles de abrazos.
Hace poco más de dos meses que conozco a esas personas sé que voy a llorar al despedirlos. A veces es inevitable que la gente se te cuele ahí dentro, llamadlo corazón si queréis.
Mereció la pena conocerlos. Merecen la pena.
Me va a costar despedirme del país de los abrazos. Mucho.
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